Tiene que haber un momento del día en que el hombre que hace planes
olvide sus planes y actúe como si no tuviera plan ninguno.
En que el hombre que tiene que hablar guarde silencio,
deje de dar forma a teorías en su mente y se pregunte a sí mismo:
¿acaso tienen algún sentido?
Tiene que haber un momento en que el hombre de oración
acuda a orar como si fuera la primera vez que lo hace en su vida.
En que el hombre que toma decisiones las deje de lado
como si todas ellas hubieran perdido su validez
y aprenda una sabiduría diferente: distinguir el sol de la luna,
las estrellas de la oscuridad, el mar del árido desierto
y el cielo nocturno del perfil de una montaña.
Thomas Merton.
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